Las organizaciones hoy buscan profesionales articulados con las necesidades del sector donde se desenvuelven, con capacidad para tomar decisiones acordes con las nuevas tendencias administrativas y las dinámicas de los mercados globalizados y emergentes. En el contexto empresarial actual todo profesional deberá enfrentar retos como las barreras de entrada a nuevos mercados, presentar valores agregados como ventaja competitiva a la hora de lograr diferenciación en su desarrollo profesional y en la forma de gestionar las empresas. Por las mismas razones, los líderes de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) deberán desarrollar habilidades gerenciales que respondan a las expectativas de los nuevos modelos de organización.  

Así, deberán tener la capacidad de liderazgo para dirigir de forma efectiva equipos de trabajo complejos, pues en el entorno laboral moderno se pueden encontrar en el mismo lugar diferentes generaciones (x, y, z, los baby  boomers y los millennials, entre otras), cada una con su propia perspectiva de la vida, las emociones, la tecnología y el trabajo. Es innegable la existencia de brechas en el desempeño individual, que se reflejan constantemente en los resultados de la medición del clima organizacional, las relaciones laborales y el aumento del riesgo psicosocial. Gestionar con un grupo de personas tan heterogéneo será un reto, que obliga a revaluar el mismo concepto de líder.  

De acuerdo con lo anterior, para las empresas actuales no será suficiente tener un profesional en SST con habilidades técnicas en el hacer y el suficiente conocimiento en el saber, también requieren que desarrolle  soft skills o habilidades blandas en el ser. Es decir, necesitan contar con un líder que se comunica asertivamente, es empático, creativo, sabe negociar, se adapta fácilmente al cambio, genera ideas innovadoras de la mano de las herramientas tecnológicas y domina otros idiomas, acorde con tendencias globales como el teletrabajo, la realidad aumentada, la inteligencia artificial, el in-commerce, el marketing digital y la inteligencia artificial. Tendencias que producen cambios significativos y vertiginosos en los aspectos sociales, culturales, económicos, políticos, así como en los requisitos legales y empresariales.  

• Habilidades del líder de un SG-SST: Idalberto Chavenato, en su libro Introducción a la teoría general de la administración, diferencia tres tipos de habilidad: 

• Habilidad técnica: consiste en utilizar conocimientos, métodos, técnicas y equipos necesarios para la realización de tareas específicas, de acuerdo con su instrucción, experiencia y educación. 

• Habilidad humana: radica en la habilidad y el criterio para trabajar con personas, comprender sus actitudes y motivaciones y aplicar un liderazgo eficaz. 

• Habilidad conceptual: consiste en comprender la complejidad total de la organización y la adaptación del comportamiento en ella, para proceder de acuerdo con los objetivos de la organización y no solo con los objetivos y las necesidades de su grupo inmediato.

Los líderes de un Sistema de Gestión en Seguridad y Salud en el Trabajo (SG SST) deberán combinar de forma efectiva estas habilidades para lograr la participación de todos los niveles de la organización, así como comprender que no todos los colaboradores se comportan de la misma forma y que motivarlos a participar requiere de estrategias para cautivar su atención y así lograr su necesario aporte. 

Lamentablemente, aún es fácil encontrar jefes en SST que se dedican exclusivamente a dar órdenes y regañar, lo que genera apatía y rechazo de los colaboradores. Otros gestores, quienes técnicamente saben mucho, se dedican exclusivamente al hacer, evidenciando debilidad al analizar datos, redactar correos o comunicarse asertivamente, por mencionar algunos aspectos. Este tipo de gestor carece de habilidades gerenciales. Quizá en su proceso formativo se dedicó a aprender la técnica propia, olvidando que trabajaría dentro de estructuras jerárquicas de alta dirección y que la administración de un sistema de gestión requiere de planeación, organización, dirección y control. 

Sin duda, el liderazgo de la seguridad y salud de las empresas requiere profesionales integrales, que no solo respondan a las necesidades  organizacionales, sino que contribuyan a equilibrar las emociones de sus  colaboradores para aumentar la productividad y lograr un SG-SST funcional y  atractivo para todos. 

Habilidades para la efectiva gestión del SG-SST 

Comunicación asertiva. Es fundamental para transmitir la información y las  necesidades del sistema. Saber comunicar es saber decir lo que se quiere con  las palabras adecuadas. Un SG-SST necesita líderes que comuniquen  constantemente sus objetivos y metas, hacia dónde va el equipo y la  organización, qué se espera de cada colaborador, así como lo que les ofrece. 

Trabajo en equipo. Recordemos que el área de seguridad y salud es  trasversal a toda la organización, lo cual requiere trabajar con todos y sus  resultados serán fruto de este trabajo mancomunado. 

Empatía: es entender las necesidades y expectativas de los colaboradores. Es  “ponerse en los zapatos” de ellos y comprender, por ejemplo, por qué  alguien no puede o no quiere usar los EPP. Escuchar empáticamente es algo  sencillo. Muchas veces no escuchamos las ideas de los colaboradores y son  ellos quienes tienen la solución, porque cuentan con la experiencia para  desarrollar un procedimiento seguro. Si desea que la matriz de riesgos y  peligros tenga los controles efectivos, no se “mate” en el escritorio pensando  cuál es la respuesta, esta la tiene el operario en campo. Él puede identificar el  peligro, valorarlo y —si lo escucha atentamente— él mismo le brindará los controles. Cuando logre que le entregue la “fórmula mágica”, como líder, le  dará la debida importancia, se reducirá la accidentalidad y mejorará el  desempeño de todo el equipo. 

Flexibilidad: un profesional de la SST tiene que adaptarse y entender que lo  que funciona en una empresa de alimentos puede no funcionar en una de  construcción, es flexible a cambiar hábitos y creencias, y cuenta con la  facilidad de liderar tanto una pyme como una multinacional. 

Adaptación al cambio: el líder en seguridad y salud debe prepararse para  enfrentar cambios constantes relacionados con la industria, la legislación, la  normativa, los métodos y procesos. 

Aprendizaje continuo: la seguridad y la salud es un área amplia que requiere  conocimientos de diferente índole, incluso de tipo legal. Gerentes y directivas  esperan que se apoye y blinde a las empresas en este aspecto y que la  persona de SST conozca la legislación y los procedimientos, si esta no  muestra suficiente conocimiento y actualización, difícilmente logrará ofrecer  valor agregado a su gestión y su liderazgo se verá quebrantado. 

Saber es leer e investigar. Si no se tiene el hábito, tal vez el desempeño no  será el mejor. La lectura constante y el aprendizaje hacen a un verdadero  líder, que siempre tendrá los recursos para realizar informes gerenciales y  tener argumentos en las auditorias. 

Inteligencia emocional. El responsable de la SST deberá controlar sus  emociones para que el proceso de decisiones no se vea afectado por la  emotividad del momento. 

Motivación. Un líder debe ser un motivador constante. La motivación radica  también en el ejemplo, en mostrar compromiso, ser la persona que llega  temprano, que usa los EPP.

Pasión. Los gurús en motivación hablan de pasión, pero, ¿qué es realmente la  pasión? Hacer lo que a uno le gusta y de la mejor manera. A veces me  encuentro con comentarios de personal del área de SST, como “estoy en esto  porque se puso de moda”, sin expresar pasión alguna por entregar su  experiencia y conocimiento y hacerlo de la mejor manera. Se trata de hacer  las cosas con amor persiguiendo los mejores resultados.  

Coherencia. Ser coherente entre el pensar, ser y actuar significa que los  trabajadores vean en el líder el ejemplo constante. Si como gerente o  encargado del área de SST pide participación en las capacitaciones, también  usted debe participar activamente en ellas. Nunca exija un EPP si usted no lo  usa. 

Creatividad. Esta habilidad es muy importante para mantener la motivación y  generar expectativa entre los colaboradores. “Si buscas resultados  distintos no hagas siempre lo mismo”, dijo Albert Einstein. Es verdad, no  esperemos cumplimiento con las capacitaciones si estas se hacen largas y  aburridas. 

Proactividad. Las empresas sufren una enfermedad llamada formatitis  aguda, cuando creen que entre más formatos se codifiquen todo irá mejor,  ¡pues no! Los colaboradores están cansados de lidiar con códigos y el  “formato del formatico”. Si es responsable de un sistema de gestión deberá  saber que estos no son utilizados adecuadamente. En las auditorías suelo  preguntar cuántos formatos se usan de los cincuenta del listado maestro y la  respuesta del trabajador es “tres”. Hemos heredado la mala práctica de  copiar y pegar. Quizá se trate de aspectos que en algunas empresas  funcionan, pero, en otras no tienen funcionalidad. 

Un líder en seguridad y salud debe procurar ser práctico. Menos es mejor,  por tiempo, facilidad y coherencia con el ambiente. En muchas empresas  existe una política de reducción de papel; sin embargo, todos los documentos quedan impresos. La invitación es a no crear tanto documento y se incentive  la practicidad.  

Las anteriores, todas son habilidades que constantemente el SG-SST nos  exige. La ausencia de ellas desmotiva y genera rechazo hacia la SST y esto  sucede cuando constantemente nos vemos enfrentados a jefes que no  cuentan con el suficiente liderazgo y la capacidad para de orientar a los  grupos. ¿Cómo lograr desarrollar estas habilidades y competencias?  ¡Practicándolas diariamente para convertirlas en hábito, a través del  aprendizaje continuo! 

En el conocimiento del contexto, la ISO 9001:2015 nos invita a conocer el  mercado, las oportunidades y amenazas, también las debilidades y fortalezas  de la empresa y sus colaboradores y lo que esto significa. Nada da mejor  resultado que trabajar en equipo y acompañar apropiadamente en la  operación a quienes son la razón de ser de una organización. Si los valoramos  debidamente, ellos estarán motivados y tendrán sentido de pertenencia, lo  que se hará visible con su participación activa en los programas de gestión y  en la productividad de la compañía. 

DESTACADOS 

• Para dirigir procesos son necesarias ciertas competencias. Daniel  

Goleman habla del saber, hacer y ser. En estas tres debe enfocarse un  

líder y desarrollar las habilidades específicas para llegar a ser. 

• En SST, las habilidades gerenciales se construyen en el proceso de  

mejoramiento continuo, gestionando con empatía los equipos de  

trabajo, para lograr el cambio a una cultura basada en el autocuidado.